viernes, 4 de junio de 2010

Bendita sea el alma que se inventó los puentes

Había una vez un martes que quería ser un viernes pero como no pudo viajar en el tiempo le tocó conformarse con ser un poquito más agradable que el lunes, que me caen gordos porque siempre llegan corriendo y no me alcanza la vida para todo lo que quiero hacer los domingos. Claro que como en todo, hay excepciones (no me tome tan literalmente). A veces el lunes llega lo mas de alegre y asoliado diciendo: sabe que calidoso, hoy es puente, coja la guitarra y vamos a cantarle al viento pa' que no pare y nos traiga en un futuro recuerdos de vidas nuevas. Y así toda la tarde, cantando hasta quel sol se caiga y la luna nos salude recordándonos que mañana es martes y que después sigue el miercoles, y después de eso la semana no se siente, pasa como la loma del frente de mi casa cuando me la descuelgo en patineta y quen tres segundos desaparece. Como hoy que ni tiempo hubo pa' ir a misa y saludar a nuestro padre el salvador, el que nos va a sacar de este mierdero en el que estamos pasando tan bueno, pero como que la cosa se va a poner mucho mejor. Amén.

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