jueves, 8 de julio de 2010

66 feet dancing for you

Glowing like a firefly you were the day I saw you by the salty water,
Surrounded by hundreds of hearts beating at the rhythm of the ska.

In the grass we sat and share a bowl and some water,
the news of colin walking in the woods already were whispered by the air that kept our souls all night in a peaceful state, just like the presence of the botanist... Fair well my brother, keep the heart wide open and you'll find the gifts god has been hiding in your path.

And you, my other brother, I hope next time we run into each other will be our guitars the guilty ones of all the stomping. Loved the sweater and the hat but my favorite was your big smile.

jueves, 10 de junio de 2010

lily (ness)

Oh lily! Right now I'm eating my words, all I've said about free love and now that I feel you are more free than ever before is when I want you more, is when your silence pierces my heart and leaves a hole where I fall every day and see your name glowing in the dark like a pink graffiti in a black wall.

Oh lily! Oh pretty lily! I can say your name a million times in a row, again and again, and never get tired of it (and never say never cause you never know). Oh lily! Where were you this morning? I opened my eyes when I heard the alarm clock and I didn't find your green look, your smooth skin that taste like honey and grapefruit.

Oh lily! Where were your lips when the sun shined on my face while I was still in bed? Did you get tired of italian food? No more noodle for you? Oh noodle! With you I will go around the world a million times in a row, again and again, and meet as many pretty people as we can.

Oh lily! I'm just trying to fill this hole with words, I don't want to keep falling on it anymore.

viernes, 4 de junio de 2010

Bendita sea el alma que se inventó los puentes

Había una vez un martes que quería ser un viernes pero como no pudo viajar en el tiempo le tocó conformarse con ser un poquito más agradable que el lunes, que me caen gordos porque siempre llegan corriendo y no me alcanza la vida para todo lo que quiero hacer los domingos. Claro que como en todo, hay excepciones (no me tome tan literalmente). A veces el lunes llega lo mas de alegre y asoliado diciendo: sabe que calidoso, hoy es puente, coja la guitarra y vamos a cantarle al viento pa' que no pare y nos traiga en un futuro recuerdos de vidas nuevas. Y así toda la tarde, cantando hasta quel sol se caiga y la luna nos salude recordándonos que mañana es martes y que después sigue el miercoles, y después de eso la semana no se siente, pasa como la loma del frente de mi casa cuando me la descuelgo en patineta y quen tres segundos desaparece. Como hoy que ni tiempo hubo pa' ir a misa y saludar a nuestro padre el salvador, el que nos va a sacar de este mierdero en el que estamos pasando tan bueno, pero como que la cosa se va a poner mucho mejor. Amén.

lunes, 17 de mayo de 2010

a ver que sale

Y pues si fallamos que importa, eso desde quiuno se atreva a hacer lo que le da la gana sin miedo a lo que pueda pasar como consecuencia de lo que le dió la gana de hacer esta todo bien. Como por ejemplo hablar sin miedo de lo que vaya uno a decir. Ahi si no tan bien, se complica la cosa porque la gente se ofende porque existimos los sensibles y a nosotros nos gusta que nos traten pacitico, así nosotros nos demos a nosotros mismos con toda, y depronto es por eso que a veces prefiero el silencio, pa' no ir a meter la pata en el hueco equivocado e irme a caer de cabezas contra el pavimento y como nos mantenemos cagados de la risa minimo aterrizo en los dientes y hasta ahí esa sonrisita que mantengo. Toco madera, eso ni charlando y menos ahora que nos mantenemos encaramados en los techos de las casas a orillas del mar, con vista a las montañas a las nubes y al sol, mientras limpiamos las gutters y los skylights. Y seguro tambien con vista a la luna por la noche pero esa ya me toca a mi desde mi casa, un tercer piso lo más de pispo y lo más de bien acomodado, a dos cuadras del mercado la licorera el 24 y las empanadas de un negrito que nació en una isla de centro américa y que vive aquí desdel 78 y vende las empanadas desdel 80. Habla un poquito de español y le fia a uno cuando la maquinita, que le falla lo más a menudo, no lee la tarjeta debito con la que debito cinco dolaretes pa' pagar las dos empanadas que por lo general me como y ultimamente ando pasando con agua. A la coca cola ya le cogimos peresa, es que ultimamente nos estamos alimentando lo más de sano, cogiendo la proteina de los frijoles que no me fallan los domingos y que me duran hasta el martes, y del hummus, que pa' los que no saben se hace con garbanzo que es un frijol amarillo y lo llena igual de gases a uno quel que comemos en Antioquia. La leche de vaca la cambiamos por la leche de arroz que de verdad no es leche de arroz sino bebida de arroz pero nosotros los momtañeros le decimos así porque es blanca como la leche, como la nieve que aquí en Victoria no cae porque es el invierno mas suave en todo Canadá y por eso tanto cucharo porai empujando caminador. Lo mismo con el verano, aquí no existe ese bochorno porque tenemos la brisa del mar que nos refresca el alma cuando nos agovian las penas y nos recuerda las lágrimas que nos saben a sal y nos alegran la vida. Y siguiendo con la comida otra cosa que cambié fueron las negritas de mi tierra, por una mona lo más de querida que desde la cama ya me está haciendo caritas y pues como yo quedé lo mas de bien educado me le voy a arrimar a ver que se le ofrece, y por eso me despido.

sábado, 13 de febrero de 2010

la historia triste de mis putas

"Mentiras que todas han sido niñas bien, bien putas."
Camilo calle

Aquí vine a hablar de los amores de mi vida, empezando con mi madre querida porque primero lo primero. Mentiras padre que yo por vos también me muero, sino que empecemos con las damas primero porque si, porque yo quiero. Madre! Te quiero como un putas. Padre! Te quiero como a las putas.

Y lo primero sería empezar hablando de Colse, la unidad residencial donde viví cuando tenía cinco años, seis años y así hasta que cumplí trece, hasta que nos abrimos pa' la capital que disque porque nos habían amenazado. Pero esa es otra historia que depronto más tarde les cuento. Colse queda en Medellín (o debería decir Angosta?), mi ciudad natal. Buen clima, buen tamaño y ni se hable de las niñas. La comida no se queda atrás, tampoco adelante porque cocinamos muy básico. Carne que raras veces es pescado pero casi siempre es res o cerdo y pollo de vez en cuando; papa que también puede ser yuca o platano, frijoles, arroz y l'arepa que no falte, amén. Tambien tenemos muchas flores y sembramos un toque de café, que se vende lo más de bien por aquí en el norte, desde donde ahora les estoy escribiendo. Los paisas, nativos de Medellin y solamente Medellin, a mi que no me vengan los manizalitas y la gente de Armenia con el cuento de que son paisas, partida de montañeros igualados, somos reconocidos por el empuje y las ganas con que trabajamos la tierra; y las niñas, que mi dios me las bendiga a todas y a cada una d'ellas. Pero venga, no se me emocione que de ellas hablamos más tarde, sigamos con Colse. Cuatro edificios de dieciocho pisos cada uno y cuatro apartamentos por piso, multiplique y haga cuentas de cuantas familias vivían en ese circo. Teníamos piscina, palos de mangos, columpios, parabólica, cancha de basket que funcionó mucho mejor como cancha de micro, sotanos, terrazas, mejor dicho, pregunte por lo que no vea. Cancha de futbol? Esa si no. Al lado de la unidad quedaba la cancha de fútbol del barrio que en alguna oportunidad no la intentamos robar rodeándola con un enmallado de metal al que coronaban tres almbres de puas, pero el barrio protestó y a esa malla hubo que abrirle dos huecos, uno al lado sur y otro al lado norte. Colse queda como decir en preferencial y en oriental está el rio Medellín, que no lo manda la gente del campo lo más de juguetón y cristalino y los civilizados lo cogemos y lo convertimos en una canalización que tiramos por toda la mitad de la ciudad, le echamos toda la mierda que nos sobra y se lo devolvemos a Bello vuelto eso, una mierda.

Lo de la cancha de basket que funcionó mucho mejor como cancha de micro fue culpa de algún artista al que se le ocurrió la idea de construir en una unidad residencial en Medellín, en donde el futbol manda la parada y solo como el diez porciento le jala al basket, una cancha de baloncesto para entretener a la población juvenil que habita un barrio de gente no muy rica pero definitivamente muy acomodada. Pero como el noventa porciento queríamos ser futbolistas cuando grandes obviamente utilizamos ese espacio para jugarnos los cotejos. Usábamos como porterías los dos postes de acero que sostenían el tablero de basket, entre los cuales, entre los postes, apenas cabía el balón de futbol, lo que era ya un gran reto, y así nos ahorrabamos el cuento de que vea, arranque usted tapando que yo me pongo a los dos goles. Y después de esos dos goles chupe, pa' la portería, y que pereza porque lo bueno es jugar y no quedarse atrás como un memo viendo como el resto disfruta del juego tirando caños, ochos y paredes. Y pues si que en Colse no teníamos esta mierda, y no porque se la tiráramos al rio sino porque todos jugábamos al mismo tiempo, y por eso tanta felicidad, tantos buenos recuerdos. Y por eso tan duro que Colse desapareciera de la noche a la mañana, cuando nos mudamos pa' la capital. La misma de la que aparentemente me va tocar hablar, pero otro día por que mañana la madrugo y me quiero ir a acostar ya. Además este artista tiene dolor de cabeza por el tequila y la cerveza de esta mañana, y mañana con el abogado se tiene que ir a entrevistar.

jueves, 21 de enero de 2010

golden wings

The big day is in the past already, it's done. I told my story once again but this time to another officer. A man this time, more charming than the ice sculpture that interviewed me last September. Before we started the officer asked me if I was relax and I told him that I had been trying to get into that state since todays sunrise, but not even the giant orange that appeared in the sky at seven in the morning took me to the place I wanted. He smiled and told me to drink some water. I accepted the offer and sat on my chair waiting for the best, wishing for the time to run as fast as it could 'cause I just wanted to be out of there, done with it.

The answer is unknown until I find a letter from the man in my mailbox in the next few months, welcoming to Canada, offering me the wings I've been trying to wear for the last few years. But the anxiety is still here, sitting on the right side of my chest waiting for the time to pass. What else can I do besides keep fulfilling my dreams one day at a time and enjoy the rush that this brings to my heart, while I get drunk with the smell of the ocean that travels in the northern breeze, while I fall in love with all the pretty people that hang out in the city of steeples in the middle of the sea. And the waiting won't feel like waiting at all.