Para ti va m'inspiración, con todito mi corazón.
Salí uno de esos viernes a dar una vuelta, a caminala en el centro a ver con quien me encontraba. No me acuerdo que horas eran pero estaba oscuro y ventiado. La primera canción que sonó en el aipod fue merceditas ya me voy, sonreí cuando escuché el violín y con esa cara me quedé durante toda la caminada, desde mi casa hasta el centro, en donde me gritaron Chuchooo! mientras atravesaba una calle. Yo bajé la mirada que la tenía en las nubes y me encontré con jackie boy, que venía a cerrarme el paso. Los siguientes dos pasos que di los di corriendo y después del segundo salté. Jackie boy me atajó en el aire cagado de la risa y me dijo dos veces seguidas que yo estaba loco. Anything but normal, le contesté yo, y volví a tierra. Hey chucho, usted qué, que va a hacer? Se me pega para una botellita de vino nos la tomamos porai en la calle? Pero de una -le dije yo-, con usted bombón pa' las que sea. Y de ahí pal cisne, que es una licorera que queda cerquita al puente azul y en donde venden un litro de tintacho por only once dolaretes y sesenta centavos, y ya con ella en la mano nos fuimos pa' la plaza bastión en donde nos encontramos una banca vacía, y pues ahí nos sentamos a bebernos la sangre de cristo y a desatrazarnos (es que hace cinco meses que no nos veíamos). Ahí fue cuando me enteré de Susi, que tiene 20 años, trabaja en una tienda donde venden ropa en downtown y en las noches se le aparece a jackie boy en los sueños. Pero esta noche se nos iba a aparecer a los dos en carne y hueso porque más tarde íbamos para una exposición de arte a la que Jackie boy estaba invitado, por ella, claro, y pues como yo andaba de pegado y a la exposición cualquiera podía entrar de una me incluí en el plan. Entonces la botella de vino era para calentar motores no mas, pa' coger alas y volar por el resto de la noche. Precisamente la primera que voló fue la botella que conversadita conversadita se nos acabó... y ahora, quien podrá salvarnos? Susi, quiero llamar a Susi dijo jackie boy. Acompañame a buscar un teléfono público. Le dije que ni en el centro ni en el barrio chino había podido encontrar uno yo, pero él me dijo que en el viejo puerto quedaba un sobreviviente y de una arrancamos p'allá. Dicho y hecho en el viejo puerto nos encontramos un tragamonedas, en la terraza de la torre del reloj, que marcaba las diez y once. Jackie Boy sonrió cuando Susi le contesto y ahí aproveché yo pa' darme una caminaita alrededor y darle privacidad al muchacho. También porque quería hablar con las estrellas y compartir con ellas la alegría que me invadía en ese momento.
(Estoy enamorado de esta ciudad en donde es tan fácil salir a caminar y encontrarse a un amigo de pura casualidad que por lo general carga una guitarra en el hombro, y así termina uno en cualquier banca o recostado contra cualquier muro, hablando mierda entre canciones vinos y cigarros.)
Hey chucho! De que te estás riendo boludo? Que tanto buscas en el cielo? La luna men, la luna, y déjeme que lo que pasa es que estoy happy. Ya tenés la dirección? Le pregunté a jackie boy. Ya la tengo y ya nos están esperando, así que despidace de las niñas que nos miran desde el cielo y camine pues que ya la noche nos está cogiendo. Chao luceros que me voy a encontrar con alguien... nos esperan? Y es que Susi está con alguien? Por qué metiste ese plural ahí? Está con unas amigas que no conozco, me contestó, y apúrele pues que está haciendo friesito y yo no quiero estar más autsaid. Nos encontramos a Susi en la esquina de Douglas y Fort, y si, estaba con dos amiguitas, Emiliana y Merceditas, lo más de coquetonas las dos. Susi muy alegre brincó apenas vió a jackie boy acercarse. En cambio Emiliana y merceditas se quedaron sentadas en las escaleras hasta que nosotros llegamos a estar parados al frente de ellas, y ahí si se levantaron y se nos presentaron. Mucho gusto niñas como me les va, como les sienta de bien la noche del viernes, les dije yo. Susi y Emiliana dejaron salir una risita nerviosa y escondieron la mirada en el pavimento al mismo tiempo. Merceditas si no comió de nada y después de que me miró de pies a cabeza sus ojos se encontraron con los mios, que le dijeron: Bombón, y ese piercing que se parece al lunar de cindy crawford qué, me va a dejar yo le doy un piquito ahí a ver que se siente? Y no se si es que esa niña puede leer los pensamientos o que, porque apenas yo pensé eso se achantó toda y buscó a Susi pa' que la sacara de ese hueco en el que se acababa de meter. Susi nos rescató a todos cuando dijo, bueno niñas y niños, let's go to the art show. Las otras dos niñas dijeron que más bien nos esperaban en la fiesta, que ya habían visto la exposición, y nos separamos.
Dos cuadras más tarde estabamos Susi, jackie boy y yo en la exposición, de la que solo vale la pena mencionar que había vino tinto, blanco, salami queso piña fresas y torta de chocolate, todo gratis. Empezamos con una copa de vino tinto cada uno pero no nos convenció a ninguno, igual le dimos otra oportunidad que pa' que después no digan que uno es muy exigente, y nos tomamos la segunda. Pero nada, el hijuemadre estaba muy maluco, pa' que, entonces lo pasamos con queso y salami, que a su vez pasamos con vino blanco, que tampoco pegó. Pero yo convencí a jackie boy que eso era porque llevábamos un rato pegándole al tintacho y que por eso el blanco no nos convencía, que mínimo necesitábamos otras dos copas, una p'acabar de juagar el sabor del tinto en el paladar y otra pa' cogerle el sabor al blanco. Salud, salud, salud, salud. Y nada, nada que pegaba, y pues lo pasamos con fresas y torta de chocolate. La piña se la dejamos a las niñas, y nos abrimos pa' la fiesta, ansioso por verme otra vez con cindy crawford.
Pues si que a la fiesta llegamos y precisamente fue la cindy quien nos abrió la puerta, y otra vez la hijuemadre me miró de pies a cabeza. Esta vez fui yo el que se escondió en el tapete que era crema y con manchas de grasa por todos lados, y permisito bombón yo me quito los zapatos (es que aquí en el norte se baja uno los shus antes de entrar a las casas) y me senté en un rincón donde no había mucha gente. Merceditas se sentó al lado mio y empezamos los dos con el interrogatorio. Estudias o trabajas? uer ar iu from? Montreal? Rili? Vea pues donde me encontré a la francesita que me vengo soñando hace rato, al otro lado del charco. De que más hablamos? No me acuerdo porque eso fue hace rato, en todo caso la conversada estuvo lo más de amena y porai solté un par de chistesitos que pegaron. Al rato se arrimó jackie boy a despedirse que porque se iba a trabajar y ahí aproveché yo y me le pegué.
Merceditas, ya me voy, porque no me apunta su teléfono aquí en el brazo y yo la llamo un día de estos pa' que hagamos algo pero solamente usted y yo. La niña muy obediente lo apuntó con un marcador pa' que la lluvia no lo fuera a borrar. Me despedí con dos picos, uno a cada lado, y le dije chao.
Dos cuadras más tarde estabamos Susi, jackie boy y yo en la exposición, de la que solo vale la pena mencionar que había vino tinto, blanco, salami queso piña fresas y torta de chocolate, todo gratis. Empezamos con una copa de vino tinto cada uno pero no nos convenció a ninguno, igual le dimos otra oportunidad que pa' que después no digan que uno es muy exigente, y nos tomamos la segunda. Pero nada, el hijuemadre estaba muy maluco, pa' que, entonces lo pasamos con queso y salami, que a su vez pasamos con vino blanco, que tampoco pegó. Pero yo convencí a jackie boy que eso era porque llevábamos un rato pegándole al tintacho y que por eso el blanco no nos convencía, que mínimo necesitábamos otras dos copas, una p'acabar de juagar el sabor del tinto en el paladar y otra pa' cogerle el sabor al blanco. Salud, salud, salud, salud. Y nada, nada que pegaba, y pues lo pasamos con fresas y torta de chocolate. La piña se la dejamos a las niñas, y nos abrimos pa' la fiesta, ansioso por verme otra vez con cindy crawford.
Pues si que a la fiesta llegamos y precisamente fue la cindy quien nos abrió la puerta, y otra vez la hijuemadre me miró de pies a cabeza. Esta vez fui yo el que se escondió en el tapete que era crema y con manchas de grasa por todos lados, y permisito bombón yo me quito los zapatos (es que aquí en el norte se baja uno los shus antes de entrar a las casas) y me senté en un rincón donde no había mucha gente. Merceditas se sentó al lado mio y empezamos los dos con el interrogatorio. Estudias o trabajas? uer ar iu from? Montreal? Rili? Vea pues donde me encontré a la francesita que me vengo soñando hace rato, al otro lado del charco. De que más hablamos? No me acuerdo porque eso fue hace rato, en todo caso la conversada estuvo lo más de amena y porai solté un par de chistesitos que pegaron. Al rato se arrimó jackie boy a despedirse que porque se iba a trabajar y ahí aproveché yo y me le pegué.
Merceditas, ya me voy, porque no me apunta su teléfono aquí en el brazo y yo la llamo un día de estos pa' que hagamos algo pero solamente usted y yo. La niña muy obediente lo apuntó con un marcador pa' que la lluvia no lo fuera a borrar. Me despedí con dos picos, uno a cada lado, y le dije chao.
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